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Cirug�a de Columna

ISSN 2992-7749 (Digital)
ISSN 2992-7897 (Impreso)
�rgano Oficial de difusi�n cient�fica de la Asociaci�n Mexicana de Cirujanos de Columna A. C.
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2024, Número 3

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Cir Columna 2024; 2 (3)


Quiste �seo aneurism�tico tor�cico, descompresi�n mediante costotransversectom�a, corpectom�a y caja telesc�pica expandible. Reporte de un caso y revisi�n de literatura

Ort�z-Guill�n, Karoll1; Garc�a-De la Rosa, Jos� M2; Garc�a, Everardo3; Vargas-Oviedo, Adriana4
Texto completo Cómo citar este artículo 10.35366/116923

DOI

DOI: 10.35366/116923
URL: https://dx.doi.org/10.35366/116923
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Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 12
Paginas: 188-193
Archivo PDF: 447.01 Kb.


PALABRAS CLAVE

quiste �seo aneurism�tico, tor�cico, neoplasia,��burbujas de jab�n��, costotransversectom�a.

RESUMEN

Los quistes �seos aneurism�ticos (QOA) son neoplasias vascularizadas benignas, sin embargo, pueden mostrar un comportamiento agresivo y expansivo. Paciente femenino de 13 a�os presenta dorsolumbalgia de predominio nocturno, de un mes de evoluci�n. A su ingreso se corrobora una paraparesia 3/5 en miotomos L3-S1 izquierdos y 4/5 en derechos, reflejos +++/++++ en patelar y aqu�leo bilateral, disminuci�n en la sensibilidad termoalg�sica desde L2hacia distal de predominio izquierdo. La tomograf�a toracolumbar mostr� una lesi�n en cuerpo vertebral T12 y elementos posteriores de lado izquierdo de aspecto expansivo, l�tico, con un interior trabeculado. En la resonancia magn�tica (RM) sin contraste se observaba extradural, heterog�nea, con una porci�n multilocular con niveles l�quido-l�quido observados hiperintensos en T2. Es intervenida quir�rgicamente mediante una costotransversectom�a izquierda, corpectom�a T12 y resecci�n de lesi�n. Se insert� la caja, su porci�n telesc�pica es colocada caudalmente evitando el estiramiento de la ra�z nerviosa inferior a medida que se expande. Posteriormente se realiz� la fijaci�n de T10-L2 con ganchos sublaminares. Durante el seguimiento a 12 meses present� una recuperaci�n de la sensibilidad y de la fuerza en sus miembros inferiores de forma bilateral a 4+/5. El tratamiento de elecci�n en estos casos es la resecci�n quir�rgica completa y estabilizaci�n.



ABREVIATURAS:

  • QOA = quistes �seos aneurism�ticos.
  • RM = resonancia magn�tica.
  • AINE = antiinflamatorios no esteroides.



INTRODUCCI�N

Los quistes �seos aneurism�ticos (QOA) son neoplasias vascularizadas benignas, sin embargo, pueden mostrar un comportamiento agresivo y expansivo.

Se localizan principalmente en huesos largos y hasta en 15% en columna, caracter�sticamente infiltran elementos posteriores1 y contin�an su invasi�n anteriormente hacia el cuerpo vertebral.

Su incidencia es de 0.14/100,000 personas,2 present�ndose en la infancia, con una edad promedio de 13 a�os y una discreta predilecci�n por el sexo femenino.1-3

Anteriormente se cre�a que surg�a a consecuencia de un trauma previo, seguido por un proceso reparativo aberrante. Otras posturas suger�an que era el resultado del aumento de la presi�n venosa que provocaba la extravasaci�n del contenido sangu�neo y celular en cavidades dentro del hueso, d�ndole la apariencia qu�stica. Actualmente hay evidencia que soporta que esta entidad, en 70% de los casos, se trata de una neoplasia primaria, originada por un reordenamiento gen�tico del gen USP6;4 y 30% restante, surgen como lesiones secundarias adyacentes a osteoblastomas, condroblastomas o tumores de c�lulas gigantes, osteosarcoma, entre otros.5

De acuerdo con su comportamiento, seg�n Enneking se puede clasificar en tres grados: latente (grado I), cuando el tumor presenta tabiques internos, no expansivo, bordes definidos y la corteza intacta; activo (grado II), se vuelve expansivo, presenta adelgazamiento de la corteza, bordes indefinidos y una capa perif�rica de hueso reactivo; y agresivo (grado III), el tumor se expande r�pidamente, destruye la cortical y se extiende a los tejidos circundantes.4

La presentaci�n cl�nica es dolor, deformidad espinal y en casos m�s agresivos puede acompa�arse de afecciones neurol�gicas (radiculopat�a, parestesias, paraparesias, alteraci�n de esf�nteres, etc�tera). Debido a que un dolor de espalda en pacientes pedi�tricos puede ser subdiagnosticado hasta que aparecen fracturas patol�gicas o s�ntomas neurol�gicos, es importante buscar intencionadamente banderas rojas: dolor que dure m�s de cuatro semanas, predominio nocturno, dolor en reposo, que no cede con medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), fiebre, o un antecedente traum�tico o cl�nica neurol�gica.6

El tratamiento tradicional en los QOA ha sido el legrado intralesional con o sin injerto �seo, aunado a terapia adyuvante con radioterapia, embolizaci�n, escleroterapia o denosumab; sin embargo, estas modalidades terap�uticas han mostrado su eficacia en huesos largos, no as� en columna. El tratamiento de elecci�n en QOA de columna es la resecci�n quir�rgica completa y estabilizaci�n.6



PRESENTACI�N DEL CASO

Paciente femenino de 13 a�os quien presenta dorsolumbalgia de predominio nocturno, de un mes de evoluci�n, que condicionaba limitaci�n a la marcha. A su ingreso se corrobora una paraparesia 3/5 en miotomos L3-S1 izquierdos y 4/5 en derechos, reflejos +++/+++ patelar y aqu�leo bilateral, disminuci�n en la sensibilidad termoalg�sica desde L2 hacia distal de predominio izquierdo, propiocepci�n conservada.

La tomograf�a toracolumbar mostr� una lesi�n a nivel del cuerpo vertebral T12 y elementos posteriores de lado izquierdo de aspecto expansivo, l�tico, con un interior trabeculado (Figura 1).

La RM simple y contrastada caracteriz� de mejor forma lesi�n, siendo extradural, heterog�nea, con una porci�n multilocular con niveles l�quido-l�quido observados hiperintensos en T2; presentaba tambi�n una porci�n s�lida que realzaba al contraste, la cual invad�a al canal medular generando invasi�n anteriormente hacia el cuerpo vertebral, con destrucci�n del ped�culo, proceso transverso y la l�mina (Figuras 2, 3, 4, 5 y 6).

Es intervenida quir�rgicamente mediante una costotransversectom�a izquierda, corpectom�a T12 y resecci�n de lesi�n. Para la instrumentaci�n se moviliz� la ra�z izquierda T11 en sentido superolateral y la de T12 inferolateral aproximadamente 3 cm, observando el saco dural, creando de esta forma un corredor interneural. Se insert� la caja rellenada de matriz �sea de forma colapsada a trav�s del corredor y una vez que pasa ambas ra�ces, es rotada para colocar la caja en alineaci�n con el eje longitudinal de la columna. La porci�n telesc�pica de la caja es colocada caudalmente evitando el estiramiento de la ra�z nerviosa inferior a medida que se expande. Posteriormente se realiz� la fijaci�n de T10-L2 con ganchos sublaminares. Como hallazgos transquir�rgicos se observaron cavidades llenas de sangre de aspecto antiguo, color caf� rojizo, m�ltiples tabiques en su interior que se extend�a desde la l�mina, ped�culo y cuerpo vertebral con invasi�n al canal medular condicionando su compresi�n sin datos de afecci�n a la duramadre.

Durante el seguimiento a 12 meses present� una recuperaci�n de la sensibilidad en ambas extremidades inferiores y de la fuerza a 4+/5 bilateral, as� como una normorreflexia. El diagn�stico prequir�rgico, basado en la cl�nica y los estudios radiol�gicos inicialmente fue de un osteosarcoma telangiect�sico, no obstante, con el resultado histopatol�gico se hizo el diagn�stico definitivo de quiste �seo aneurism�tico.



DISCUSI�N

Los QOA son lesiones benignas expansivas que producen cavidades llenas de sangre, revestidas por fibroblastos proliferativos, c�lulas gigantes y hueso trabecular.

En los estudios de imagen se observan como lesiones osteol�ticas, expansivas, circunscritas por una fina capa de hueso cortical, multitabicadas, dando una apariencia de "burbujas de jab�n".7 En la resonancia magn�tica aparecen como im�genes qu�sticas, con niveles l�quido-l�quido rodeadas de septos fibrosos, tambi�n pueden evidenciarse fracturas patol�gicas acompa�adas de edema �seo y de tejidos blandos. Estas caracter�sticas imagenol�gicas son compartidas con el osteosarcoma telangiect�sico,8 por lo que puede representar un reto diagn�stico. No es infrecuente encontrar casos de QOA diagnosticados err�neamente como osteosarcomas telangiect�sicos,9 o viceversa, por lo que ha surgido el inter�s en diferenciar ambas entidades con base en sus caracter�sticas radiol�gicas e histol�gicas, ya que, a pesar de realizarse biopsia con aguja gruesa, el porcentaje de diagn�sticos err�neos contin�a siendo alto. Por consiguiente, el tratamiento adecuado para cada patolog�a se puede ver mermado y esto a su vez, puede modificar el pron�stico de la enfermedad, teniendo en cuenta que el QOA es de etiolog�a benigna, y el osteosarcoma telangiect�sico tiene una tasa de supervivencia a cinco a�os de 66%.10 Otro punto importante por mencionar es que los trabajos que buscan dilucidar las diferencias imagenol�gicas o microsc�picas han sido realizados principalmente en casos con afecci�n de met�fisis de huesos largos, evidenciando una escasez de informaci�n en casos de columna.

A pesar de que los QOA se tratan de una patolog�a benigna, presenta un comportamiento agresivo, por lo que los objetivos del tratamiento son detener la progresi�n de la lesi�n, aliviar el dolor, prevenir o estabilizar fracturas patol�gicas y reducir la tasa de recurrencia. En los QOA de columna el tratamiento de elecci�n es la resecci�n quir�rgica completa, la cual debe incluir toda la pared del quiste, los tejidos de aspecto macrosc�pico anormal, de consistencia esponjosa y superficies �seas revestidas de membranas hipervascularizadas.6

Teniendo en cuenta que una cirug�a agresiva puede conllevar a una inestabilidad en la columna, se deber� considerar la necesidad de realizar una instrumentaci�n para obtener una alineaci�n adecuada y lograr la estabilidad.

El caso de nuestra paciente describe un abordaje posterolateral mediante una costotransversectom�a para alcanzar la porci�n ventral de la columna, as� como la extracci�n de los elementos laterales y posteriores para obtener una mejor visualizaci�n de la lesi�n y conseguir la descompresi�n con una m�nima manipulaci�n de estructuras nerviosas. Una vez realizada la corpectom�a, se decidi� emplear una caja expandible, ya que estos dispositivos mejoran las tasas de fusi�n, restauran la altura intervertebral, corrigen la deformidad sagital y reducen el hundimiento.11

Este caso presenta como limitante un periodo corto de seguimiento para evaluar el desarrollo de subsidencia; no obstante, es importante mencionar que esta complicaci�n se presenta predominantemente en pacientes con osteopenia u osteoporosis.



CONCLUSIONES

La planeaci�n de la cirug�a en nuestra paciente se bas� en la clasificaci�n de Weinstein-Boriani-Biagini (WBB),12 la cual considera cinco capas conc�ntricas que definen la agresi�n sobre la v�rtebra y 12 zonas radiantes que permiten decidir la v�a de abordaje. En este caso se decidi� un abordaje quir�rgico basado en una resecci�n amplia en bloque mediante una corpectom�a debido al comportamiento agresivo y localizaci�n de la lesi�n, ya que se extend�a desde el tejido blando extra�seo paravertebral hasta el canal raqu�deo en su porci�n extradural, con compromiso de las zonas ocho a la dos. De tal modo que se ofreci� una resecci�n m�s segura y con menos probabilidad de recidiva.

Indudablemente el abordaje quir�rgico debe ser elegido con base en el tipo y localizaci�n de la patolog�a, estado de salud del paciente, comodidad del cirujano, conocimiento anat�mico y objetivos de la cirug�a.


REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)

  1. Kiu A, Fung T, Chowdhary P, Jung S, Powell T, Boily M. Aneurysmal bone cyst in thoracolumbar spine. BJR Case Rep. 2020; 6: 20190133.

  2. Nasri E, Reith JD. Aneurysmal bone cyst: a review. J Pathol Transl Med. 2023; 57: 81-87.

  3. Majid SA, Saud MA, Mohammed AH, Bachar FH. Aneurysmal bone cyst of the spine: report of four cases and review of the literature. Interdisciplinary Neurosurgery. 2019; 16; 18-21.

  4. Park HY, Yang SK, Sheppard WL, Hegde V, Zoller SD, Nelson SD, et al. Current management of aneurysmal bone cysts. Curr Rev Musculoskelet Med. 2016; 9: 435-444.

  5. Restrepo R, Zahrah D, Pelaez L, Temple HT, Murakami JW. Update on aneurysmal bone cyst: pathophysiology, histology, imaging and treatment. Pediatr Radiol. 2022; 52: 1601-1614.

  6. Liu JK, Brockmeyer DL, Dailey AT, Schmidt MH. Surgical management of aneurysmal bone cysts of the spine. Neurosurg Focus. 2003; 15: E4.

  7. van Geloven TPG, van de Sande MAJ, van der Heijden L. The treatment of aneurysmal bone cysts. Curr Opin Pediatr. 2023; 35: 131-137.

  8. Zishan US, Pressney I, Khoo M, Saifuddin A. The differentiation between aneurysmal bone cyst and telangiectatic osteosarcoma: a clinical, radiographic and MRI study. Skeletal Radiol. 2020; 49: 1375-1386.

  9. Yin JQ, Fu YW, Xie XB, Cheng XY, Yang XY, Liu WH, et al. Telangiectatic osteosarcoma: Outcome analyses and a diagnostic model for differentiation from aneurysmal bone cyst. J Bone Oncol. 2017; 11: 10-16.

  10. Weiss A, Khoury JD, Hoffer FA, Wu J, Billups CA, Heck RK, et al. Telangiectatic osteosarcoma: the St. Jude Children's Research Hospital's experience. Cancer. 2007; 109: 1627-1637.

  11. Lewandrowski KU, Ferrara L, Cheng B. Expandable interbody fusion cages: an editorial on the surgeon's perspective on recent technological advances and their biomechanical implications. Int J Spine Surg. 2020; 14: S56-S62.

  12. Howell EP, Williamson T, Karikari I, Abd-El-Barr M, Erickson M, Goodwin ML, et al. Total en bloc resection of primary and metastatic spine tumors. Ann Transl Med. 2019; 7: 226.



AFILIACIONES

1 M�dico residente de quinto a�o de Neurocirug�a de la Unidad de Medicina de Alta Especialidad No. 25. Monterrey, Nuevo Le�n. ORCID: 0009-0004-0627-0228

2 Neurocirujano, jefe del m�dulo de columna de la Unidad de Medicina de Alta Especialidad No. 25. Monterrey, Nuevo Le�n. ORCID: 0009-0009-8138-1733

3 Neurocirujano adscrito al Hospital Universitario. "Dr. Jos� Eleuterio Gonz�lez". Nuevo Le�n, M�xico.

4 M�dico pasante de servicio social, Universidad de Monterrey. M�xico.



Conflicto de intereses: los autores declaran no tener ning�n conflicto de intereses en este trabajo.



CORRESPONDENCIA

Karoll Ort�z-Guill�n. E-mail: [email protected]




Recibido: 01 de Febrero de 2024. Aceptado: 22 de Abril de 2024.



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Figura 4
Figura 5
Figura 6

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